lunes, 3 de diciembre de 2007

Lorenzetti reclamó que la Justicia llegue a todos



El titular de la Corte Suprema de Justicia se pronunció a favor de que los jueces estén cerca de la gente para descomprimir los tribunales.

SALTA (de nuestro enviado especial, Fabio Ladetto).- Durante 15 años, Ricardo Luis Lorenzetti jugó al rugby como apertura, en su Santa Fe natal. El viernes tuvo la misión de cerrar las deliberaciones de la II Conferencia Nacional de Jueces, que sesionó en esta ciudad, poco antes de que comenzase el histórico partido inaugural del Mundial en el que Argentina batió a Francia, el anfitrión.El presidente de la Corte Suprema de Justicia tomó ejemplos de ese deporte para describir los logros alcanzados en las deliberaciones. “En el rugby necesito de los demás para jugar. Lo importante es cómo uno organiza a gente muy diferente, porque hay gordos y flacos, rápidos y lentos; es una representación de la sociedad. Así también fue esta reunión, donde hubo tanta gente discutiendo y se llegó a una posición común, sin despachos de mayoría y minoría, con consensos articulados entre todos y luego de un gran trabajo, Es como se debe hacer en un deporte colectivo”, describió.El juez supremo se manifestó altamente satisfecho por el nivel de participación, de activismo y de compromiso de los casi 700 magistrados que se dieron cita en el cónclave anual, y que deliberaron en tres comisiones: independencia judicial, gestión judicial y reducción de litigiosidad. Las conclusiones finales de cada una de ellas (fueron elogiadas por Lorenzetti) incluyeron propuestas a desarrollar desde la cúpula de la Justicia nacional.“Sigue existiendo la majestad de la Justicia. El hecho de que a un juez se le haya dado la responsabilidad constitucional de decidir sobre las vidas y las propiedades de la gente es muy importante. Ahora hemos iniciado una política de Estado (y es la primera vez en la historia que se lo hace) para estar más cerca de la gente, que continuará más allá de quién integre la Corte. Se dialogará con los otros poderes públicos en la Nación y en las provincias, para obtener las cosas que necesitamos para poder servirle al ciudadano. No hay crisis cuando los poderes discuten y dialogan, es la democracia viva”, destacó.

Decisiones desde afueraLorenzetti reconoció que muchos objetivos están atados a decisiones de los otros poderes, como la designación de nuevos jueces, entre los que mencionó especialmente a los que atiendan pequeñas causas y a los que estén en cercanía con los vecinos (incluso habló de los jueces de Paz legos), con un proceso oral para encontrar soluciones veloces, y con el nombramiento de mediadores que descomprimirán el cúmulo de procesos que atiborran los tribunales. El magistrado agregó que hay numerosas causas que se inician por pequeños delitos, por violencia doméstica, por problemas del consumidor y por crisis de transporte, que derivan en duros enfrentamientos. También mencionó la posibilidad de que se habilite que las sentencias de la Corte sean erga homnes (alcancen a todos los expedientes que se plantearon sobre situaciones similares) y no sobre sólo un caso, para lo cual mencionó como ejemplo las decenas de miles de reclamos por diferencias salariales de jubilados. Así se agilizarían los trámites y se ahorrarían recursos particulares y públicos.“Es fundamental que todos los ciudadanos tengan el mismo acceso a la justicia, sean ricos o pobres, vivan en el interior o en la capital. Pero la idea es que ese acceso sea a las decisiones de la Justicia, no a los procesos judiciales eternos. Esto llevará tiempo, pero debemos producir el quiebre que permita que las instituciones funcionen bien. En ese camino es fundamental manejar nuestro propio presupuesto con autarquía”, señaló.El juez supremo no tiene dudas: la generación que él integra tiene la obligación de construir un estado de Derecho pleno para legarlo funcionando a sus hijos y nietos, para que ellos no reciban de herencia lo que ocurre actualmente. “Debemos asumir nuestra responsabilidad histórica. No sigamos diagnosticando; busquemos soluciones. Los ciudadanos saben cuáles son sus derechos; pero tienen hartazgo de que sólo sean declamados y quieren que se transformen en realidades. Y la realidad se transforma cuando decidimos hacerlo”, sostuvo.

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